Las mejores luces de Navidad

Las mejores luces de Navidad

Las luces de Navidad son uno de los objetos populares que más se han modernizado en los últimos años, pero sin dejar de parecerse a sí mismas.

La mayoría de los cambios han sido para mejorar sobre todo su resistencia y su duración. Y realmente han conseguido acabar con la necesidad de tener que comprar luces nuevas todas las navidades. Además, en algunos casos incluso han logrado acabar con aquello de… ya se fundió una de las 250 bombillitas y ahora tengo que tirar las otras 249.

El cambio fundamental se debe a la revolución que han experimentado las bombillas. Antes, todas las tiras y guirnaldas de luces de Navidad llevaban bombillas incandescentes.

Ahora el mercado está empezando a ser conquistado por las bombillas LED. Con todo lo que ello significa de duración y ahorro, aunque también supone con demasiada frecuencia una menor intensidad de luz y riqueza de color.

La historia

Las luces de Navidad tienen su origen en Alemania, cuando en el siglo XVIII las familias de clase alta decidieron decorar con velas los árboles que adornaban sus casas.

El primer árbol de Navidad iluminado eléctricamente fue creación de Eward H. Johnson, un inventor asociado a Thomas Edison, que está considerado como el padre de las luces de Navidad Eléctricas.

Johnson fabricó y cableó a mano 80 bombillas del tamaño de una nuez, y de color rojo, blanco y azul para el árbol de su casa, en la Quinta Avenida de Nueva York. Las presentó el 22 de diciembre de 1882, y la mayoría de periódicos no se hizo eco porque pensaron que era un acto publicitario.

En 1895 se presentó en sociedad el primer árbol con iluminación eléctrica de la Casa Blanca. Las luces fueron fabricadas por General Electric, que en la actualidad continúa siendo uno de los principales fabricante de luces de Navidad.

Y desde entonces no ha parado de crecer la tradición de la iluminación navideña. Sobre todo en los árboles de Navidad.

Pero hoy en día hay tanto dónde elegir, y a unos precios tan asequibles, que las luces de Navidad han invadido todas las dependencias de nuestra casa y hasta se asoman por las ventanas, o salen al jardín de quien lo tenga.

Por eso lo primero que debemos tener claro a la hora de comprar las luces de Navidad es el uso que vamos a hacer de ellas.

La forma o el color son muy importantes, pero sólo depende de sus gustos y no suele tener más trascendencia que la estética.

Sin embargo, el uso indicado sí que es importante. Porque no es lo mismo, ni cuestan igual, si las vamos a poner dentro de casa que si van a estar a la intemperie. Y hay que saber lo que pagamos.

A tener en cuenta

Existen dos tipos de luces: Incandescentes, que son las de toda la vida, y las de bombillas LED.

Si lo que nos importa es el ambiente que crean las luces, y la intensidad y el color que emiten… la elección más segura son las incandescentes. Pero tienen una vida limitada a poco más de 2.000 horas… Y eso sin contar lo frágil y fácilmente rompible que es un filamento incandescente.

De todas maneras, para un alumbrado interior tienen un brillo más cálido y atractivo, y por regla general cuestan menos de la mitad.

Las luces LED son más duraderas, más seguras y permiten conectar una cantidad mucho mayor de hilos sin ningún riesgo de que salten los plomos.

Además, consumen mucho menos que las incandescentes. Y aunque cuesten mucho más, lo normal es que la relación calidad-precio merezca la pena.

Los expertos aseguran que unas buenas luces de Navidad LED podrían durar unos ¡10 años! Nada que ver con lo que estamos acostumbrados.

Pero es muy importante que las veamos encendidas antes de comprarlas.

Porque la posibilidad de que el color nos defraude es un riesgo real, que no existía con las de toda la vida. Las luces LED tienen una variedad tremenda en los tonos de color, y realmente van desde lo fantástico hasta lo terrible.

La mayoría de las luces LED, aunque no todas, tienen una función por la que si una sola luz se suelta, se rompe o se funde, el resto de la cadena puede permanecer encendida. Y además las bombillas son reemplazables con muchas más posibilidades de éxito que en las incandescentes.

De todas maneras, En una bombilla LED el diodo emisor de luz está encerrado en un bloque de plástico, por lo que a diferencia de un delicado filamento incandescente, sacar una bombilla fuera de servicio tendrá menos riesgo pero será más complejo.

Otra de las grandes ventajas de las luces de Navidad con bombillas LED es que no se calientan cuando están encendidas durante horas y hora, por lo que el riesgo de incendio es prácticamente cero. Incluso si las dejamos toda la noche encendidas en un árbol natural que ya tiene las ramas secas.

Las incandescentes tampoco tienen apenas peligro de incendio, pero se calientan de verdad y cuando menos sí que le pueden dar un susto al dedo de un niño después de horas encendidas.

Mención aparte merece el consumo de energía. En los dos casos es muy, muy pequeño. Pero en las LED podríamos acabar las navidades sin que nos haya costado ni un euro tenerlas encendidas un buen rato todos los días.

Otro tema importante cuando llegan los días de poner y de quitar las luces es lo referente a su cable. Sobre todo a la capacidad de que se enrede en una especie de nudo infinito, al estilo de los cables de teléfono fijo.

Si el cable es capaz de mantenerse con un cierto orden, la hilera de luces que lo componga tiene muchas más posibilidades de funcionar. Y en las LED los cables suelen ser mejores.

Finalmente, y tal y como explicaba una gran tienda americana, es bueno saber que las luces LED de Navidad parpadean varias veces por segundo, como si se tratase de un fluorescente. Las buenas parpadean 120 veces y el ojo humano ni lo nota. Pero las malas pueden parpadear 60 veces y acabar resultando molestas a la vista.

Por cierto, si lo que busca son luces de exterior, hay un estilo específico de LED que tiene más garantías que el resto: Las bombillas cónicas de gran angular de 5 milímetros.

Son pequeñas y aunque no tienen la típica forma de vela, brillan más que el resto. Desde luego, en Estados Unidos son el modelo de exterior que más se vende.

¡Ah! Y las mini luces siguen siendo las más vendidas, por mucho que cada año aparezcan nuevos modelos de bombillas más grandes.

Un total de 200 LED dispersos en un cable de cobre de 66 pies / 20 metros que emite la cálida luz blanca, puede crear un ambiente cálido, alegre y festivo para deleitar a la Navidad, las vacaciones y las bodas.

Fuente: http://www.compramejor.es/mejores-luces-navidad/